Siglo XIX. Lucía, La Llanera, ha sido llevada durante 17 años al patíbulo e indultada en el último momento, pero esos días de encierro por fin van a terminar y será liberada. Su hijo Juan nació en prisión y no conoce mundo ni conoce a su padre, el célebre bandolero Lagartijo.
Madre e hijo intentarán vivir la libertad que tantos años les ha sido negada mientras son perseguidos por cuadrillas de bandoleros y escopeteros del Gobernador Montejo. Lagartijo, Aceituno y el Gobernador buscan a La Llanera, pero también se buscan entre sí. En la España de principios del siglo XIX no hay sitio para todos y mucho menos para traidores.
España, Otoño de 1807. El país trata de mantener un difícil e incierto camino hacia la modernidad y los vientos de la Revolución Francesa recorren ya las sierras y los llanos. Una tierra legendaria, dura y despiadada, enferma de hambre e injusticia y habitada por bandidos, salteadores, y asesinos. Todos ellos al margen de cualquier ley, con sus propias reglas.
LIBERTAD es la historia de Lucía, La Llanera, y de su hijo Juan. Comienza con su puesta en libertad tras diecisiete años en presidio. Una vez fuera deberán luchar sin cuartel por hacerse dueños de sus destinos. LIBERTAD, la serie, es un relato de aventuras dividido en cinco episodios y rodada en localizaciones exteriores de una belleza natural impresionante.
LIBERTAD surge del deseo de abordar un género fundacional como el western, y hacerlo desde nuestra propia cultura: la misma época, principios del siglo XIX, los mismos personajes, hombres y mujeres fuera de la ley enfrentados a representantes del orden, y el mismo contexto, un mundo viejo, individualista y cruel que lucha por no desaparecer, enfrentado a un mundo nuevo, de grupos de poder económicos, igual o más cruel, que aparece con la intención de imponerse definitivamente.
LIBERTAD habla del individuo contra la rueda del poder, contra el estado y sus normas. Contra el bien común, que necesita ver sus cuerpos ahorcados y sus miembros desmembrados a la entrada de las ciudades, como evidencia de un poder nuevo e igual de ciego que dice anteponer el bien común a los impulsos individuales.
LIBERTAD es también el retrato de la España miserable de la época. El Pueblo tiene hambre, el pueblo vive sometido a los poderosos y a la Iglesia; la única Libertad a la que puede aspirar es la que le brindan los caminos abiertos, las intricadas sierras, las sendas por las que nadie osa aventurarse. Una ilusión de Libertad que a veces parece suficiente para esos hombres perdidos.
LIBERTAD tiene el color de la pintura de aquella época. Luz y tinieblas. Marrones, verdes, azules, rojos. Penumbra y sol. La mejor tradición pictórica (Goya, Velázquez, Zurbarán, Murillo...) para representar lo que aquellos ojos vieron, desde otros ojos contemporáneos que descubren y muestran que tal vez aquella España siga presente en la del Siglo XXI. La lucha entre poderosos y pobres, el orgullo, la dignidad, la entereza. Quizá sean conceptos antiguos; quizá sigan siendo aquellos por los que aún merece la pena luchar.
LIBERTAD huele a cebolla y a sangre, a frío y a leña. Huele a rencor enquistado, a venganza implacable. Huele a lo que fue y sigue siendo; a lo atávico que permanece en nuestras conciencias. Y resuena como un grito.